Los procesos migratorios se han convertido en catalizadores de relevantes discursos sobre lo social, ya sea a través de su análisis científico, de las prácticas asociadas o de su proyección mediática. El aumento de las migraciones y el progresivo establecimiento de fronteras, físicas, legales y simbólicas, es uno de los procesos de mayor alcance y complejidad en el mundo actual. Desde una mirada de defensa de los derechos humanos se pone el foco de atención tanto en la diversidad de situaciones que afectan a la movilidad humana en origen, tránsito y destino, como en la construcción de fronteras. La vulneración de los derechos humanos de las personas migrantes abarca una amplia gama de situaciones que vienen condicionadas por la procedencia (países, grupos étnicos, género, etc.), el estatus migratorio (regularidad/irregularidad, solicitantes de asilo, etc.) y las relaciones establecidas con las poblaciones en cada territorio y las prácticas cotidianas, algunas vinculadas a la xenofobia y el racismo. Por dicho motivo, las condiciones de vida y trabajo de las personas migrantes, las formas de violencia, abuso y discriminación o cómo afectan estas situaciones en razón de las diferencias de sexo, edad, procedencia, situación migratoria o la inserción en destino, son temas de especial relevancia.
Canarias se ha constituido históricamente como un territorio transfronterizo entre Europa-África-América, convirtiéndose en los últimos decenios en un espacio de especial interés para estos asuntos. Desde el CEDA pretendemos contribuir a un mayor conocimiento de todos estos procesos, promoviendo la investigación, la formación y la difusión, desde perspectivas que apuestan por la apertura de miras y el diálogo transdisciplinar, algo totalmente necesario para avanzar en la compresión de una de las dinámicas vectoriales de la compleja sociedad actual.